la señora de las especias

"La vida hauria de ser com ja només la podem descobrir en les mirades d'alguns nens."

miércoles, enero 23, 2008

Kardamon

Antesdeayer fue mi día de desconexión, de vaciar el saco de la existencia para ver que podía salvar y que era mejor reciclar.
Caminé conmigo durante horas. Callejuelas, avenidas, plazas, anticuarios, tiendas de música, grandes edificios, gente por doquier... y una minúscula tienda arropada por una imp
onente iglesia. Apenas me vio me empujo dentro, y digo esto porque no había pensado entrar cuando me di cuenta de que ya estaba dentro.
¿Oís? Está gritando susurros.

¿Dónde estás? Y rápidamente le veo cara a cara, en una de las estanterías de
madera, a la altura de mis ojos, seductor, impaciente bajo esa apariencia tranquila.
Sonrío en mi interior y pienso ¡me encontraste!.

Entre todos sólo el me llama, y sólo uno de ellos, no todos los hermanos.

En fin... aquí estás, sentado junto a mi en este preciso instante.



Como se reía cuando pronuncié tu nombre... Cardamomo... ¿recuerdas? Fue antesdeayer, cuando te presenté.
Se que eres carminativo, digestivo... lo leí en los libros. Jajajaja! Era una broma, no te enfades. Por supuesto que se que eres mucho más que eso.

Cardamomo, elettaria cardamomum, grana del paraíso, para calmar el corazón, para tonificar la mente, para solucionar problemas emocionales.

Pero sobre todo se que me has llamado por tu poder rejuvenecedor, para curar mis arrugas del espíritu, para rejuvenecer mi alma.

Siento tu
frescor, tus ganas de vivir, tu aliento joven, indiscreto, alegre, vivo.
Con cada respiración noto como vas avanzando terreno, como osas acariciar recovecos para los que ni siquiera te dí permiso, como eliminas mis arrugas en lágrimas desde hace dos días.


Me siento más viva, sin todas esas características de serpiente que he ido acumulando, vuelvo a dejarme sentir, vuelvo a vivir con intensidad, respiro sin basura emocional que me oprima los costados, mi energía poco a poco es de nuevo la de un niño inocente y limpio que mira al mundo como la primera vez, que vuelve a confiar y a quitarse esas marcas que la vida dejó en su piel, marchitándola y envejeciéndola, convirtiendo su cor
azón en una vieja cascarrabias desconfiada y respondona, enfadada con la vida y rencorosa por el mundo, una mártir de las lecciones más duras que le dió el Universo, o una alumna que se ahogó en las prácticas después de haber estudiado a fondo la teoría.

Gracias por seducirme desde aquella estantería. Siempre tuya.