la señora de las especias

"La vida hauria de ser com ja només la podem descobrir en les mirades d'alguns nens."

miércoles, septiembre 27, 2006

Azul




Te espero,
te siento, susurrando versos de piel en mi cuerpo,
recorriendo colinas a lomos de un beso.

Te espero,

soñando tu mirada rozando el Universo de esta piel cautiva en el paréntesis del tiempo.

Te espero,
impaciente de ser agua refulgente que ciegue la noche lejana que anida en tu pecho.

Te espero,
olor de vida que acompañas mis deseos, que despiertas mis sentidos y me sonries cada mañana vibrando mi mundo y mis sueños.

jueves, septiembre 21, 2006

Ciliàndria


Suenan los acordes escritos con viento,
compás de tiempo lejano,
metrónomo de leyendas con corcheas de sueños.


Siento el volcán en mí, el ronroneo incesante de la lava en mis entrañas. Tengo el fuego que me alimenta mientras sin saberlo soy yo la que le da de comer. Me consume poco a poco presionándome para apagarlo, para sofocarlo en calma y limpiar las cenizas para siempre.
Hubo un tiempo helado, un tiempo en que supongo todo era blanco. No puedo recordarlo, el frío no me permitía sacar la cabeza y observar. Entonces vino la reina de un país lejano, era preciosa, apasionante, extremadamente atractiva. Inquietud era su nombre. Su reino era cálido y para no extrañarlo demasiado encendió una pequeña hoguera en mí. La luz lo iluminó todo, las cosas más bellas y las pesadillas reales, las mismas pesadillas que ardieron sin freno y que ahora han de ser apagadas.
¡Cuantas cosas hice sin ver, cegada por el frío!
He quemado la rabia y ardió como el papel, rápido y con fuerza. Quemé el rencor y semejaba madera, lento pero constante. Quemé muchos recuerdos de etiqueta altamente inflamable pero nada ardió como la frustración, no le haría justicia comparándola con algo.
Ahora busco en la memoria del Gran Espíritu para que me recuerde como acabar con las brasas antes de que destruyan también mis sueños e ilusiones y me huele a Cilantro. Camino hacia el estante de mi cocina tan repleto de plantas y bebés dormidos llamados semillas.
Coriandro... coriandro... Al fondo a la derecha escucho el nerviosismo del Colendro respondiendo a mi llamada, impaciente por hacer su trabajo.
Acurruco las pequeñas esferas en la palma de mi mano y juguetonas cual tibetanas en cocina comienzan su enseñanza, su canto.

"Ciliandro, cilíndrico, erguido, estirado, firme con su escudo protector frente al fuego.
Colendro que se enfrenta en el sur al verano para calmar su sed y apaciguarlo.
Culantro que sutilmente neutralizas el exceso y equilibras , calmas, curas."

Pequeñas bolitas os baño en aceite, os dejo nutriendo el oro líquido que recorrera mi cuerpo, dará brillo a mi piel y tranquilizará mis entrañas.

"Saltamos el fuego, reimos las llamas, comemos las brasas, somos viento que la ceniza arrastra.
Elije el momento, limpiate sin quemarte, llamanos entonces y vendremos al instante.
Permanece, conserva, deshazte."