¿Quién protege nuestros sueños?

Hoy no está bien tener sueños, hoy soñar te convierte en una amenaza, te da demasiado poder, te da una fuerza desmesurada que no se compra ni se vende, son una esperanza que alimenta las ganas de vivir y la necesidad de evolucionar y luchar por algo mejor...
Los sueños nos hacen peligrosos pero sobre todo libres, nos hacen ambiciosos y niños, nos dan fuerza y sonrisas... son nuestro bien más frágil.
Soñé, fue precioso, y no debía pero es tan bonito pintar tus sueños en el aire, disfrutar intentando que los demás también lo hagan, regalar ilusión que se pierde en el aire... relatar tu sueño...
Es muy fácil romper ese dibujo de nubes, una palabra, un gesto, y todo el poder que te dió acaba en un perfecto cementerio lleno de esperanzas muertas.
Pues yo cierro mi cementerio, es más, resucitaré mis sueños y construiré un jardín donde estaban sus tumbas. Lo haré porque me hacen sonreír. Los guardaré mientras me den esa placentera sensación al recordarlos y cuando ya no me sirvan me inventaré otro o lo invocaré invitándolo en la noche porque ¿qué es la vida sin sueños?
Hoy quiero contaros un secreto, a todos los soñadores que pasáis por aquí, a todos esos espíritus de lavanda.

Tomillo, impregna con tu esencia los rincones de mis sueños. Trae en tu espíritu el recuerdo agradable que me llene cuando me falte el valor y la fuerza.
Tomillo, tan embriagador de los sentidos que sólo tú podrías reproducir tal desfile de detalles y sensaciones.

Hoy busco a tu amante, aquella que derrumbe las murallas de la mente, que baile con mi imaginación, que cada día sea frescor y vitalidad en nosotros... yo la invoco.

Canela, danza de amor y risas con los rígidos brazos del Tomillo. Red inquebrantable que baña mi tesoro. Protección de colores sobre la burbuja de mis sueños y respuesta fiel a mi llamada.

Cuando queráis arriesgaros a compartirlos no olvidéis que es compartir parte de vuestra libertad, no lo hagáis sin haber invocado a esta pareja de cómplices enamorados que conservarán vuestra sonrisa más allá de las tormentas.

Los sueños nos hacen peligrosos pero también libres...