Renovación, limpieza y espacio.

Hay muchas cosas que aprender en cada viaje a la vida y hasta que no lo hacemos no paran de sucederse. Si no las podemos cambiar enfrentémonos a ellas, cambiemos nuestro mundo para que no nos pongan barreras.
Todas las personas que pasan por nuestra vida han estado ahí por y para algo. Todas tienen su momento, unos más largos que otros. A muchas no las volvemos a ver, pero ya pasó su momento y debemos aprender a soltarlas.
Todos esos momentos quedan archivados o, si nos empeñamos, podemos hacer que se mantengan latentes dispersando nuestra energía en un hecho del pasado y restándosela al momento presente.
Cuando en nuestro camino encontramos alguna piedra que nos hace tambalear rápidamente mandamos un mensaje a toda la colonia, como hormiguitas, y el que está atento o tiene la antena despierta lo escucha. No hay nada que sea sólo nuestro. Ningún momento. Ningún recuerdo. Todo queda archivado en la gran biblioteca de la Memoria Universal, independientemente de si es pasado, presente o incluso, en ocasiones, futuro. Si estás afiliado a ella probablemente conozcas tu buzón interior al que te llega correspondencia en ocasiones interesante y a veces no tanto, o de importancia desconocida e incomprensible.
Todos los momentos vividos en nuestro caminar, independientemente de si son largos o cortos, dejan toda una serie de curiosidades materiales impregnadas de energía que los delata. Esa energía está ahí, lo impregna todo y muchas veces somos nosotros mismos los que nos encargamos de alimentarla.
Hoy, haciendo honor a El Hada de la Limpieza quiero recordar una cita para invitaros a renovar vuestra vida, invocar toda vuestra energía en el momento presente, disfrutarlo y dejar de morir en una guerra acabada en un momento pasado.

El hada de la limpieza te invita en este día a que abras las puertas y ventanas de tu alma, de tu vida y de tu casa para que entre el aire fresco y salga todo aquello negro y tenebroso que se haya quedado pegado en el fondo.
Nunca temas a perderlo absolutamente todo porque una pérdida absoluta te desata de los más gruesos y tremendos lazos que no dejan volar tu alma hasta las moradas de los cielos.
Todo lo que crees que tienes es precisamente lo que te tiene atrapada el alma.
Jessica Tate.