Largo camino

La de cosas que nos quedan por aprender, y la de cosas que hemos aprendido y no sabemos poner en práctica...
Otras dos cosas que maticé un poco más en Barcelona fueron la comprensión y la compasión. Fui consciente de mi facilidad para confundirme, lo cual es comprensible ya que soy muy impulsiva. También de la cantidad de veces que hago el ridículo e intentar tomármelo con humor. En fin, comprendí lo imperfecta que soy. Aprendí a ser compasiva conmigo y a perdonar esta cabecita inesperta y con muchas cosas que aprender del manual de la vida, y pude sentir más cerca la frustración y la pena de los demás al cometer errores.
Perdonémonos también a nosotros, a todos nuestros niños internos y seamos conscientes de que todos tenemos fallos, a veces tontos y a veces no tanto, pero es un tara de fábrica que sólo puede menguar a base de tropiezos.
Esta semana yo la he vuelto a liar, esta semana he visto como otros también se equivocaban. Buscaré mi perdón en mi corazón y entenderé que los errores forman parte inseparable de nosotros. Deseo que a quienes hayan afectado mis errores sepan entenderlo y comprender desde la compasión y el perdón. Soy imperfecta pero me alegro de tener tanto que aprender y agradezco a la vida por estar llena de maestros, todos lo somos, sólo necesitamos alumnos con ganas de crecer. También soy consecuente y aceptaré que las enseñanzas no siempre son agradables y que tienen consecuencias.
Aprender a vivir es aprender a conocerse, y una gran forma de conocerse es mirando a los demás ya que todos somos nosotros mismos.